Os escribo ahora, que estoy de canguro. Sisisi, no hace falta que lo volváis a leer; lo habéis leído bien. Estoy haciendo de canguro porque el pequeño se ha caído y ha habido que llevarlo al hospital. Su madre se ha ido con él, su padre no está en casa y yo estoy aquí viendo una película con los dos mayores.
Las brujas de Salem |
Hoy me he levantado a las 6 de la mañana porque ayer tuvimos que correr como unas desesperadas por la calle para no perder el autobús que nos lleva al colegio, y no quería repetirlo. Bien, pues cuando me he levantado los dos pequeños ya estaban levantados. ¿Y sabéis qué hacían? Lanzar aviones de papel des de la buhardilla, a ver cuál de los dos conseguía hacerlo llegar más lejos.
Ya en el colegio, nos ha tocado clase por la mañana. Hoy, por cierto, hemos jugado al pictionari y luego hemos redactado un artículo de prensa rosa!
Por la tarde hemos ido a Salem, un pueblo cercano en el que hay una gran devoción por las brujas y la mágia. Allí hemos visitado el Peadbody Essex Museum, y posteriormente nos hemos ido de compras por el pueblo.
Antes de seguir explicando, os tengo que contar que hay un chico del grupo ruso al que le llamamos Harry Potter por su parecido físico con el personaje. Pues bien, este chico, que es muy fan de la série, se ha comprado unas gafas y una bufanda en la tienda especializada que había al lado del museo sobre esta película. Además, al llegar al autobús, la monitora rusa le ha dibujado una cicatriz en la frente. ¡ESTABA AUTÉNTICO!
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